De Le Mans a la calle: Porsche 917

Todos recordamos cómo el Porsche 917 ganó las 24 Horas de Le Mans en 1970, pero la noticia de hoy ha sido gracias a Claudio Roddaro, que ha conseguido matricular este fabuloso y único deportivo en Mónaco.

Aunque nos sorprenda, no es el primer coche 917 que se ha matriculado para uso en vías públicas, el que tiene chasis 917-021 no se conoce su dueño, pero el más famoso es el número 917-030, que pertenece al Conde Rossi, dueño de Martini gracias a su colaboración con Porsche. Este modelo, en color gris, desde principios de los 70s que se matriculó sigue dando la nota. Y es este y no otro el que ha ayudado a Claudio a poder matricular el suyo.

 

Para que su 917K con número de chasis 917-037 fuese aprobado para su uso fuera de circuitos, necesitaba certificar que su coche era exactamente idéntico al de Rossi, que gracias a la ayuda de Porsche lo consiguió.

Este 917 en concreto jamás habría participado en ninguna competición, ya que el chasis del coche nunca había sido terminado. Baur lo compró a finales de los años 70 pero no se llegó a terminar en décadas. Después fue vendido a un coleccionista americano quien confió en las manos de Gunnar Racing. En abril de 2004, después de más de 30 años de iniciar su vida, el chasis 037 apareció públicamente terminado.

Como ya hemos comentado, la ayuda de Porsche fue crucial, ya que fueron ellos mismos los que determinaron que el 917 de Claudio era auténtico, en concreto estaba hecho en un 95% de piezas originales Porsche, siendo el más original de todos los 917 de los que se tienen constancia, seguramente gracias a que como no ha participado en ninguna carrera, tampoco ha sido necesario repararlo.

Después de dos largos meses de papeleo, el 917 con un motor de 12 cilindros bóxer que produce más de de 600cv ya puede hacerle frente a muchos deportivos modernos gracias a su matrícula, ya que el peso de este deportivo es de solo 600Kg, lo que hace una  relación potencia/peso increíblemente única para un coche con casi medio siglo de antigüedad.

Estamos seguros de que sus vecinos en Mónaco estarán encantados de ver y oír rugir este auténtico Porsche cuando su dueño lo utilice.

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